Por Isabel Ávila Acosta.
Hace ya 17 años, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró el 23 de abril como el Día Internacional del Libro y del derecho de
autor. Esta celebración tiene como objeto fomentar la lectura, la
industria editorial y el derecho de autor.
Sin embargo, el que todo México celebre el Día Internacional del Libro aun parece difícil, pues nuestro país todavía está muy lejos de consolidarse como un país de lectores. Según datos de la Encuesta Nacional de Lectura 2012, actualmente sólo el 46 por ciento de los mexicanos leen, contra el 56 por ciento de lectores de hace seis años, ello presenta un serio retroceso en los hábitos de lectura de la población.
La encuesta también reveló que el promedio anual
de libros leídos por persona sigue siendo de 2.94, manteniéndose igual que en
2006 y convirtiéndose en uno de los índices más bajos del mundo, en contraste
con Japón, el país que ocupa el primer lugar en el hábito de la lectura, con un 91 por ciento de lectores y un promedio anual de 45 libros leídos por cada habitante.
Según la Fundación Nacional para el Fomento de la Lectura, A.C, las principales razones por las que la población mexicana no lee son la falta de tiempo, la poca motivación por parte de los padres de familia y la falta de recursos económicos para comprar libros.
Para luchar contra los factores que impiden el crecimiento de la lectura como hábito, el gobierno mexicano y diversas instituciones, entre las cuales destacan la UNAM, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Consejo de la Comunicación, han buscado implementar programas y actividades como Diviértete leyendo, Ferias del libros, La Fiesta del Libro y la Rosa, y el Programa Nacional de Lectura, entre otros, con la finalidad de promover e incrementar la lectura.
Héctor Delgado Arrieta, auxiliar del Librobus de Conaculta, señaló que entre los libros favoritos de los mexicanos se encuentran: La Biblia; Cien Años de Soledad, de Gabriel García Márquez; El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry; Un Grito Desesperado, de Carlos Cuauhtémoc Sánchéz; y El Código Da Vinci, de Dan Brown.
Datos alarmantes aunque, también habría que considerarse la difusión que se les da a esos programas para fomentar la lectura.
ResponderEliminarNo basta con sólo rebajar costos de libros o hacer una feria al mes, más bien, fomentarlo desde casa y darle seguimiento en las escuelas que, por mucho, es en donde los niños pasan la mayor parte del tiempo.
La realidad es que al Estado no le conviene que la gente tenga el hábito de leer, le es más fácil controlar a gente que se educa viendo "La rosa de Guadalupe" que controlar a gente que por lo menos lee el periódico.
Coincido totalmente, desgraciadamente aunque las cifras son más que desalentadoras, los esfuerzos por mejorar la situación son insuficientes y no alcanzan a todos los sectores de la población, la ineficacia y el desinterés del Estado de nuevo se hacen presentes.
ResponderEliminarSi quieres que tu país sea de gente lectora, regala libros, pero verdaderos libros de calidad, de gran interés para una sociedad como la nuestra, eso si podría ser un buen programa para promover la cultura de la lectura, porque si me pones comerciales de Televisa, pues la verdad que aburrido se torna esto... Buena la nota
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